El impacto del cambio climático sobre el Ártico es más rápido e intenso de lo previsto por los científicos.
Un nuevo estudio de WWF/Adena demuestra que el impacto del cambio climático sobre el Ártico está resultando más rápido y fuerte de lo que se pensaba hasta ahora. El nuevo informe, titulado Ciencia del Impacto del Cambio Climático sobre el Ártico, Una Actualización desde la AICCA, representa la revisión científica más completa de este impacto desde que la Evaluación de Impacto del Cambio Climático en el Ártico (EICCA) se publicó en 2005.
El estudio descubrió que los cambios están ocurriendo en todos los sistemas árticos, impactando sobre la atmósfera, los océanos, el hielo marino, el manto de hielo, la nieve y el permafrost, así como sobre las especies y poblaciones, la cadena alimenticia, los ecosistemas en conjunto y la población humana de esa región.
Los científicos encontraron que la fusión de la banquisa ártica y el escudo helado de Groenlandia se ha acelerado tan drásticamente que les ha hecho preguntarse si estos dos sistemas no se estarán acercando al punto de inflexión. Es decir, el punto en el cual, a causa del cambio climático, los sistemas naturales pueden sufrir cambios bruscos y posiblemente irreversibles.
El Dr. Martin Sommerkorn, uno de los autores del informe y asesor de Cambio Climático de WWF-Internacional, puntualizó: "La magnitud de los cambios físicos y ecológicos en el Ártico plantea un reto sin precedentes para que los gobiernos, el sector empresarial, los líderes comunitarios y los conservacionistas creen las condiciones que garanticen las mejores oportunidades de adaptación a los ecosistemas árticos".
Según el Dr. Sommerkorn, el debate no puede continuar restringido a la creación de espacios protegidos y la ayuda a los ecosistemas árticos para que encuentren su equilibrio. Al mismo tiempo, necesitamos reducir la vulnerabilidad de los sistemas sociales y ambientales del Ártico, reduciendo las amenazas procedentes de las actividades humanas y reforzando la resiliencia de los ecosistemas (la capacidad de los ecosistemas para mantener su equilibrio cuando están sometidos a presiones fuertes).
WWF/Adena lanzará este informe el jueves 24, durante una reunión del Consejo Ártico, (foro intergubernamental de los países árticos). Sommerkorn añadió: "Ahora, queda en manos de estos países el actuar ante estas evidencias de los impactos del cambio climático. Pueden marcar la diferencia si actúan con rapidez y fortaleza. No es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Pero sí ha pasado ya el momento de seguir comportándose como se ha hecho hasta ahora".
De acuerdo con el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático del año pasado, si se fundiese todo el hielo de Groenlandia, el nivel del mar se elevaría en todo el planeta 7,3 metros, constituyendo un problema mundial y no exclusivo del Ártico. Aunque resulta imposible en la actualidad realizar predicciones con precisión sobre cuánto hielo se va a fundir ni en qué periodo de tiempo, el nuevo informe muestra que en pocos años se ha producido una pérdida mucho mayor de lo que predecían los modelos científicos.
De igual modo, la pérdida de hielo veraniego se ha incrementado espectacularmente, con récords en 2005 y, mucho más, en 2007. En septiembre de 2007, la banquisa disminuyó un 39% respecto de su media 1979-2000. La menor extensión desde que existen observaciones de satélites (1979) e, incluso, la menor de todo el siglo XX, según observaciones navales y aéreas.
Sommerkorn añadió: "Si miramos con atención los estudios científicos de los recientes cambios árticos, resulta dolorosamente patente que nuestra comprensión de los impactos del cambio climático va muy por detrás de lo que vemos actualmente en el Ártico. Y esto resulta extremadamente peligroso porque estos cambios árticos entrañan la posibilidad de calentar el planeta más allá de lo que predicen los modelos. Ello se debe a que los modelos científicos que se utilizan actualmente no incorporan de modo adecuado los motores subyacentes de los cambios árticos que ya estamos observando, como es la interacción entre el espesor del hielo y la temperatura del agua marina".
Todos los países que emiten más gases de efecto invernadero de lo que sus ecosistemas son capaces de fijar anualmente, contribuyen al cambio climático mundial y, por ende, al calentamiento del Ártico. En este sentido, recordando nuestra propia responsabilidad, Mar Asunción, responsable del programa de cambio climático de WWF/Adena, señala la urgencia de actuar con medidas contundentes que frenen y disminuyan las emisiones. Por ello, declaró: "Pedimos al nuevo gobierno, y en especial a la Ministra de Medio Ambiente, que plasme en medidas concretas las palabras del Presidente Zapatero de 'combatir en primera línea el cambio climático' y defienda que Europa asuma el objetivo del 30% de reducción de emisiones con medidas internas para el año 2020".
Esta semana, está teniendo lugar en Narsaq, un pueblo de pescadores y pastores de ovejas en el sur de Groenlandia, una conferencia internacional sobre cambio climático y sostenibilidad. Desde la plataforma simbólica de un témpano de hielo en fusión fuera del puerto de Narsaq y coincidiendo con el el Día de la Tierra, los jóvenes groenlandeses han leído una declaración en la que piden a su gobierno que les sea permitido implicarse en la lucha contra el cambio climático y otros problemas ambientales que pueden poner en peligro su futuro.
El estudio descubrió que los cambios están ocurriendo en todos los sistemas árticos, impactando sobre la atmósfera, los océanos, el hielo marino, el manto de hielo, la nieve y el permafrost, así como sobre las especies y poblaciones, la cadena alimenticia, los ecosistemas en conjunto y la población humana de esa región.
Los científicos encontraron que la fusión de la banquisa ártica y el escudo helado de Groenlandia se ha acelerado tan drásticamente que les ha hecho preguntarse si estos dos sistemas no se estarán acercando al punto de inflexión. Es decir, el punto en el cual, a causa del cambio climático, los sistemas naturales pueden sufrir cambios bruscos y posiblemente irreversibles.
El Dr. Martin Sommerkorn, uno de los autores del informe y asesor de Cambio Climático de WWF-Internacional, puntualizó: "La magnitud de los cambios físicos y ecológicos en el Ártico plantea un reto sin precedentes para que los gobiernos, el sector empresarial, los líderes comunitarios y los conservacionistas creen las condiciones que garanticen las mejores oportunidades de adaptación a los ecosistemas árticos".
Según el Dr. Sommerkorn, el debate no puede continuar restringido a la creación de espacios protegidos y la ayuda a los ecosistemas árticos para que encuentren su equilibrio. Al mismo tiempo, necesitamos reducir la vulnerabilidad de los sistemas sociales y ambientales del Ártico, reduciendo las amenazas procedentes de las actividades humanas y reforzando la resiliencia de los ecosistemas (la capacidad de los ecosistemas para mantener su equilibrio cuando están sometidos a presiones fuertes).
WWF/Adena lanzará este informe el jueves 24, durante una reunión del Consejo Ártico, (foro intergubernamental de los países árticos). Sommerkorn añadió: "Ahora, queda en manos de estos países el actuar ante estas evidencias de los impactos del cambio climático. Pueden marcar la diferencia si actúan con rapidez y fortaleza. No es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Pero sí ha pasado ya el momento de seguir comportándose como se ha hecho hasta ahora".
De acuerdo con el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático del año pasado, si se fundiese todo el hielo de Groenlandia, el nivel del mar se elevaría en todo el planeta 7,3 metros, constituyendo un problema mundial y no exclusivo del Ártico. Aunque resulta imposible en la actualidad realizar predicciones con precisión sobre cuánto hielo se va a fundir ni en qué periodo de tiempo, el nuevo informe muestra que en pocos años se ha producido una pérdida mucho mayor de lo que predecían los modelos científicos.
De igual modo, la pérdida de hielo veraniego se ha incrementado espectacularmente, con récords en 2005 y, mucho más, en 2007. En septiembre de 2007, la banquisa disminuyó un 39% respecto de su media 1979-2000. La menor extensión desde que existen observaciones de satélites (1979) e, incluso, la menor de todo el siglo XX, según observaciones navales y aéreas.
Sommerkorn añadió: "Si miramos con atención los estudios científicos de los recientes cambios árticos, resulta dolorosamente patente que nuestra comprensión de los impactos del cambio climático va muy por detrás de lo que vemos actualmente en el Ártico. Y esto resulta extremadamente peligroso porque estos cambios árticos entrañan la posibilidad de calentar el planeta más allá de lo que predicen los modelos. Ello se debe a que los modelos científicos que se utilizan actualmente no incorporan de modo adecuado los motores subyacentes de los cambios árticos que ya estamos observando, como es la interacción entre el espesor del hielo y la temperatura del agua marina".
Todos los países que emiten más gases de efecto invernadero de lo que sus ecosistemas son capaces de fijar anualmente, contribuyen al cambio climático mundial y, por ende, al calentamiento del Ártico. En este sentido, recordando nuestra propia responsabilidad, Mar Asunción, responsable del programa de cambio climático de WWF/Adena, señala la urgencia de actuar con medidas contundentes que frenen y disminuyan las emisiones. Por ello, declaró: "Pedimos al nuevo gobierno, y en especial a la Ministra de Medio Ambiente, que plasme en medidas concretas las palabras del Presidente Zapatero de 'combatir en primera línea el cambio climático' y defienda que Europa asuma el objetivo del 30% de reducción de emisiones con medidas internas para el año 2020".
Esta semana, está teniendo lugar en Narsaq, un pueblo de pescadores y pastores de ovejas en el sur de Groenlandia, una conferencia internacional sobre cambio climático y sostenibilidad. Desde la plataforma simbólica de un témpano de hielo en fusión fuera del puerto de Narsaq y coincidiendo con el el Día de la Tierra, los jóvenes groenlandeses han leído una declaración en la que piden a su gobierno que les sea permitido implicarse en la lucha contra el cambio climático y otros problemas ambientales que pueden poner en peligro su futuro.